¿Dónde aprendimos la necesidad de inmediatez?

De la naturaleza claramente no

Lu Caceres
3 min readOct 16, 2020

En una encuesta que realicé en historias de Instagram sobre si somos pacientes con nuestros procesos o si queremos que se nos de todo ya, más de la mitad optó por la segunda opción. No es que me llame la atención el resultado, de hecho quizás era lo que esperaba. Pero no pude evitar preguntarme ¿de dónde aprendimos esa necesidad de inmediatez en todo?

Evidentemente de la naturaleza no, así que no podía ser algo innato ya que surgimos de la naturaleza misma, tendría que ser algo adquirido. Tranquilamente podría haber sido algo propio de la especie humana pero siento que no siempre fuimos así. Me cuesta imaginar a nuestros ancestros en el medio del bosque mirando una fruta cada cinco segundo para ver si maduró.

Fue así que, luego de investigar un poco, encontré que esta necesidad de inmediatez tiene que ver con una alteración en cómo percibimos el tiempo. Lo cuál para mí fue sumamente interesante, y no sólo porque esté relacionado al tema que investigué en ciencia, sino porque me dio la pauta de que es algo que se podría cambiar.

La cuestión es que la culpa de esta alteración en la percepción la tiene la tecnología. Bueno, mejor dicho, la culpa es de cómo nosotros utilizamos la tecnología. Hoy por hoy con sólo hacer un click tenemos acceso a un montón de información de manera inmediata. La tecnología nos entrena para procesar un montón de información en poco tiempo. El tema es que hacer habitual esa inmediatez modifica nuestro reloj interno, lo acelera. ¿Cómo entonces no nos vamos a impacientar si algo toma más de unos segundos? ¿Y todo un proceso interno? Olvidate! Es la hiperconectividad la que contribuye a la necesidad de gratificación inmediata y a la pérdida de paciencia.

Pero hubo una frase que me dejó pensando y mucho “Es como si estuviésemos tratando de emular la tecnología y ser más rápidos y más eficientes” dijo Aoife McLoughlin, una investigadora que estudia sobre este tema.

Si se trata de emular ¿Por qué entonces no imitar a la naturaleza?
¿Es eficiente? Si
¿Es creativa? Pufff
¿Es puntual? Siempre
¿Es rápida? Houston, tenemos un problema.

Si, el problema es que nos acostumbramos a tener todo a “un click de distancia” y olvidamos que a veces los procesos llevan tiempo. “Cada queso con su proceso” me dijo un amigo una vez.

Cuando estamos sintonizados con la inmediatez, se podría decir que estamos orientados hacia el presente (todo ya) pero también estamos pensando en lo que viene después. Subimos un post y antes de subirlo ya estamos imaginando las repercusiones. El futuro se vuelve algo a muy corto plazo. Si te dicen entonces que tu proyecto requiere un mes de investigación, es como si lo fueses a terminar en tu próxima vida ¿o no?

Siempre estamos en el presente, pero nuestra atención bien puede estar en el futuro (o en el pasado). Pero sólo podés optimizar tu percepción del tiempo estando vos y tu atención en el momento presente.

La solución: conectarse

Pero no al celu, sino con vos. Si esta sensación de querer todo ya es producto de una alteración en nuestra percepción del tiempo será cuestión de sintonizar con nuestro reloj natural de nuevo. Será cuestión de frenar y escuchar nuestro propio pulso que es al único ritmo en el cual podemos crear desde nuestra autenticidad. Y para eso es preciso volver al cuerpo. Llevá tu atención al cuerpo.

Este texto pertenece al envío de mi primer newsletter de Octubre 2020 “Atemporalidad me caes bien”. No está completo, falta el ejercicio propuesto para profundizar en la conexión con el cuerpo. Si te gustaría recibir diferentes ejercicios y herramientas para conectar con tu autenticidad suscribite aquí a la newsletter que envío el primer lunes de cada mes.

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Lu Caceres

Soy una neurocientífica convertida en mentora de creatividad que escribe sobre las ideas y los procesos creativos. Creatividad modo slow. www.conexionbylu.com